I was buying a few things in one of Valencia’s
ubiquitous green grocers that are almost the exclusive domain of Pakistani
immigrants. As I placed my items on the scale the shop owner asked me if I
wanted to buy a watermelon. I said that I didn’t, thank you very much, and he
countered my knee-jerk dismissal of his offer by asking, “Why?”
You got me there, my man. I didn’t have a “because”
for his “why,” at least not a good one, so I bought a beautiful watermelon. Not
the most sophisticated sales pitch I’ve ever heard but his earnestness made me
laugh.
Moral to the story: It’s summer; buy a damn watermelon
already!
Estaba
comprando algunas cosas en una de las verdulerías ubicuas de Valencia que son
casi el dominio exclusivo de los inmigrantes paquistaníes. Al poner mis
artículos en la escala el dueño de la tienda me preguntó si quería comprar una
sandía. Le dije que no, muchas gracias, y él respondió a mi instintiva
desestimación de su oferta con la pregunta "¿Por qué?"
Me tienes allí,
señoría. Yo no tenía un "porque" por su "¿por qué?", al
menos nada bueno, así que compré una hermosa sandía. No es el más sofisticado
argumento de venta que he oído, pero su seriedad me hizo reír.
Moraleja de la
historia: Es verano; cómprate una maldita sandía ya!
No comments:
Post a Comment
If you can't say something nice, say it here.